Leonardo, 37 años, oriundo de Armenia , su “hermosura”. Su lugar de trabajo es en la 7 con 42 en el sentido norte-sur abriendo las puertas de los taxis y esperando la ayuda de los estudiantes de la zona. De su infancia recuerda el estudio y practicar baloncesto con sus amigos. No tiene hijos, pero quiere tener cuando su mujer salga de la 6 con 45, un internado para personas que buscan rehabilitarse del consumo de drogas. Hablamos mucho del amor, de cómo conquistar a una mujer, me contó de sus andanzas conquistando profesoras, de cómo le “zampo un pico a su novia hace algunos meses”, eso sí me dejo claro que su amor más grande es Dios. Es un hombre alegre, le encanta jugar billar, bailar un “merengazo”, quiere conocer Bélgica porque ha visto fotos. Al preguntar por los amigos me dice que es de pocos amigos pero que “El calidoso” (como se llama el túnel) era su amigo, me cuenta la historia de su asesinato incinerado dentro del túnel.
Le pregunte por un santo para encomendarme en las mañanas y me dijo que le basta con el padre nuestro. Hablamos de política y me dijo que si pasaba el Presidente por la séptima le diría: “que no fuera &·//” y bajara los impuestos”. Hablamos de tristezas, de frustraciones: las drogas y el tener a su novia recluida le causa demasiado estupor. Hablamos de ídolos y me dijo una actriz llamada Ivy.
No podía pasar la oportunidad sin preguntarle por un sueño y me dijo que añoraba regalarle una sudadera a su esposa porque hace mucho frio en el internado. Ese es su sueño. Le pedí un mensaje para los que leen esto y fue concreto y claro, “que aprovechen su juventud”. Leonardo me cautivo con su alegría y confianza en 2 horas, prometí volver en estos días a sentarnos a echar rulo en la 7, le pedí esta foto, me pidió a cambio uno de mis denarios de la mano porque vio a la Virgen del Carmen, se fue contento camino hacia la Caracas para seguir “cuidando a los estudiantes” y viendo cómo ayudar a esta ciudad. Gracias Leonardo por compartir conmigo, a ustedes por el apoyo, las ideas de todos están siendo bien recibidas y entre todos construiremos y haremos de este espacio una excelente forma para reconoSer a quien tiene mucho con que sorprender.
Oriunda de Medellin, hace 20 años no va. Hace parte de los 3 mosqueteros, el apodo que le tenemos a Cristina, el Negro Javier y a Gloria. Se dedica todos los días “a encontrar almas piadosas que me den algo” Desde el barrio San Bernardo hasta la 72, no tiene hijos, su amor por siempre será Fernando, su esposo, quien murió de una trombosis en el corazón. En los tiempos libres le gusta escuchar música y ver televisión. Al hablar de ídolos me dice que nadie superara a Diomedes Diaz, discutimos sobre él y me dice “pa que pregunta si no le va a gustar” (nos reímos). Cristina vivió en carne propia los vejámenes del narcotráfico en su ciudad de donde salió por este cáncer social, por eso al preguntarle cuál es el principal problema de Colombia me dice que las drogas y la delicuencia, me cuenta historias afligidas de su infancia alrededor de los capos del tráfico y producción de droga en Medellín, no todo es triste, recuerda con emoción jugar con las niñas del barrio a la que aguantara caminar más tiempo con los tacones de las mamás. Que no le pongan vallenato porque se le olvida lo del arriendo diario y se pone a bailar todo el día, “Todo es para ti” su favorita.
En las mañanas encomendarse a la Virgen del Carmen. Alegría: no pelear con Gloria y el Negro y tener los 12.000 del arriendo diario. Una tristeza: acordarse de Fernando, su compañero de vida. Un sueño: tener hijos que le hayan sacado canas, también ser enfermera.
El portero del Centro Comercial se la tiene montada, por primera vez se les acerca en tono amigable, todos nos reímos porque Cristina, al decirme que nunca ha votado confunde a Duque con Uribe, todos reímos. Me dice que no tiene nadie familiarmente hablando en Bogotá ni en el “mundo”, me impacta la normalidad con lo que lo dice, ¿Cómo puede vivir tan sola, con quién se desahoga? Me deja callado con su respuesta: “Hermano estoy con Dios y la virgen y con los buenos corazones que me encuentró en mi camino”. Un mensaje: “Consiganse novias y novios elegantes, no echen vicio y con alegría todo se puede, uno puede creer que está solo pero siempre tiene al amigo de arriba”.
Oriunda de Bogotá “su terruño”. María Francisca tiene 16 años y es su única hija, a quien consiente todo el tiempo que puede. Es Publicista. Al preguntarle a qué se dedica me dice que “hilar puntas para que funcionen las cosas”. Desde hace 6 meses por idea y ejemplo de José el plomero de su casa, apoyan a venezolanos ubicados por las calles aledañas al terminal de transporte con oportunidades de emprendimiento, alimento, vestido y dejan un mensaje: que hay esperanza. Al Presidente le diría que invirtiera en educación que para ella es el “brazo de cualquier país pa´salir adelante”. Es una Fajardista a morir.
Al hablar de amor me dice que hay ordenes, el primero: la mamá (a quien cuida desde hace unos años por una fibrosis pulmonar), no seguimos el orden, pero me habla del valor del amor como fuerza sanadora y reparadora. En las mañanas se encomienda al Espíritu Santo y lee la biblia, es una persona entregada al servicio. La salud de Claudia ha estado atravesada por diferentes tumores de los que se ha recuperado. Vivió en carne propia los vejámenes de la migración en los EEUU, por eso su pasión es la búsqueda de oportunidades para los venezolanos. Hablamos mucho de la situación de Venezuela, como conclusión, dice: “hay que entender que el mundo es redondo y no cuadrado, que cabemos todos y además que cuando Dios creó esta vaina, no había fronteras y por eso todos deberíamos considerarnos hermanos”. Una tristeza: la miseria en la calle. Para panchanguear: Latinoamérica de Calle 13, la molesto por ser “tan moderna, pues”. Un ídolo: Jesús, su maestro. Lugar para ir: Vilcabamba en Ecuador -un pueblo para gente longeva. Mensaje para un joven: “siempre vayan una milla más, no se dejen cortar los sueños”. Gracias a todos por leernos, queremos apoyar a Claudia para entender que en este país cabemos todos, que la nacionalidad es solo un papel, que con amor y desprendimiento se puede todo. Para esto nos propusimos recoger cartas de ustedes para los venezolanos con un mensaje: hay esperanza y hay luz en este triste camino y llevarlas junto a una gran recolección de ayuda a mediados del mes.
Nació en el Barrio Egipto, su “primer amor”. Se dedica a hacer toures por el sector. De sus 38 años ha estado casi 20 en la cárcel, y hoy en día tiene libertad condicionada. Al conocerlo me dieron impresión sus brazos marcados con varias heridas de guerra. Tiene 3 hijos: Victor, Kevin y Ery. Al hablar del amor me habla de la vida y el espíritu, de todos y de nadie en específico. En tiempos libres no piensa más que en compartir con sus hijos. El mayor problema de Colombia, dice Jaime, es la falta de oportunidades, y plantea que la inseguridad es eso: falta de herramientas “pa salir adelante”. Su ídolo es su amigo el Piro, quien murió en manos de los “enemigos”. Hablamos mucho de la vocación de servicio que deben tener los políticos, pero al hablar de política me menciona el dolor que le genera no poder votar por su situación con el Estado. Para panchaguear, que le pongan “Loquito por ti, loco, loco”. Quiere ir a conocer el mar. El amigo que más extraña es “El Payaso”, con quien se crió y quien también ya está en una mejor vida. No es creyente, pero se encomienda al Señor de los ejércitos desde que logró su libertad. Su mayor alegría es estar libre. De su infancia recuerda un disfraz de Tarzan que le puso su mamá. “Breaking Borders” es su empresa, con la que apoya a la comunidad pintando casas, realizando actividades para niños y campeonatos de fútbol. Como su nombre lo dice, busca romper las barreras y que los Bogotanos veamos otra cara de su barrio, que gracias a su proyecto ha bajado la criminalidad del 70 al 30%. Le dije que no entendía por qué está tan motivado con esto, y me contó con tristeza que al salir de la cárcel la última vez le dolió ver a sus sobrinos muertos, en la delincuencia. Gracias a esto se dio cuenta que tenía que “cambiar esta vuelta”. De ese modo empezaron 5 “locos” y ya van más de 50. Me dice que su vida se basa en una balanza: que de todo lo malo que hizo espera ahora hacer muchas cosas buenas para que le den un descuentico en el infierno. Mayor logro: unir a los hijos de los lideres de las pandillas para crecer con arte, sin delincuencia. A los jóvenes “brillen con su propia luz y no se dejen influenciar”